lunes, 5 de octubre de 2009

ENSAYO SOBRE LA SOLEDAD

Al que elige vivir solo rehuyendo de toda compañía, se le llama ermitaño. ¿Alguien puede criticar esa decisión?
La soledad, desde donde se la analice, tiene sus matices. Si pudiésemos incursionar en la vida de ricos y famosos, nos sorprendería saber de lo solos que están; ni el poder ni el dinero alcanzan para llenar sus espacios vacíos.
¡Cuántas veces nos sentimos solos entre una multitud!
El hombre, aunque no lo manifieste, está buscando la soledad para refugiarse en ella.
Analicemos: el changuito, solo con su majada, vive en la soledad de los valles. Sabemos, acaso, si es infeliz por estar alejado del ruido de las grandes urbes?
Cuando estamos en soledad, tenemos la oportunidad única de calmar nuestros agobios.
Pero el hombre, le tiene miedo al silencio, porque temen enfrentarse a su propia conciencia.
Los grandes líderes de todos los tiempos supieron cultivar el silencio, la reflexión, estando en soledad.
Porque soledad no es la de los picos nevados, ni la de la infinita y dilatada pampa. A la soledad la podemos encontrar dentro nuestro, haciendo un paréntesis en la rutina cotidiana.
Desde el momento que elegimos estar en soledad, la conciencia nos hace ver nuestra vida, las cosas que hacemos mal y nos perjudican.
Porque soledad no es peso, es alivio: no es tortura, es PAZ.

Mercedes B.

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